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Durante mucho tiempo prejuzgué al cine de terror y lo menosprecié, porque vivía bajo la creencia equivocada de que el terror sólo se encontraba en las producciones más mainstream y comerciales, pensadas sólo para vender entradas de cine, y en los blockbusters de los 2000 como «El juego del Miedo», «La llamada», y otros títulos que no son precisamente my cup of tea.
Normalmente el terror es un género al que no se lo toma muy en serio, de hecho la única película de terror en la historia que ganó el Oscar a mejor película fue «El Silencio de los Inocentes», (1991).

El cine de terror funciona como un lugar seguro para experimentar lo que nos asusta, explorar y divertirnos desde la comodidad de nuestro sillón, dejando por un rato las preocupaciones terrenales al otro lado de la puerta, y con una taza de té entre las manos.
Where there is no imagination, there is no horror.
Arthur Conan Doyle
Estas historias nos enfrentan con lo desconocido para saludar a nuestros miedos, reales o imaginarios y ponerlos en contexto.
La paradoja del terror
Por otra parte, si las películas de terror representan situaciones violentas, asquerosas, trágicas y terroríficas, entonces ¿por qué experimentamos placer frente a lo desagradable? Si entendemos al terror como una combinación de miedo y desagrado ¿por qué buscamos en la ficción emociones que en la vida real queremos evitar?
Esta es la paradoja del terror.
Aristóteles decía que la tragedia y el horror permitían expresar emociones negativas y de esta forma las historias de terror funcionan como una forma de liberación catártica de los miedos más profundos.
También existe la idea de que vemos películas de terror para satisfacer la curiosidad ante lo desconocido, lo impensable o lo inimaginable. La curiosidad impulsa el deseo, y eso es lo que nos lleva a la sala de cine y a querer descubrir la identidad y los motivos del asesino enmascarado.
Según este enfoque, obtenemos placer cuando la curiosidad es satisfecha y las preguntas son respondidas, con una mezcla de disgusto y fascinación.
Sin embargo no hay una respuesta concreta a esta paradoja, ya que todas estas hipótesis tienen su contraparte, y las opiniones al respecto son muy variadas.
Las películas de terror a veces funcionan como un ¿qué tal si…?, y al hacerlo forman nuestro sistema de creencias, y hacen que nos preguntemos ¿Cómo nos vemos entre nosotros y a nosotros mismos?

Hay tantas variantes y combinaciones entre los distintos subgéneros del terror, como historias sobre adolescentes con poca imaginación, que todavía no saben que no tienen que separarse del grupo si escuchan un ruido raro.
Los invito a hacer un repaso por mi pequeña guía del terror.
Pequeña guía del terror

Giallo
Empiezo con mi amor a primer visionado: el Giallo.
El Giallo es un subgénero italiano, que se popularizó entre los años 60 y 70 en Europa gracias a directores como Mario Bava, Lucio Fulci, y Dario Argento.
Este subgénero toma su nombre, que en italiano significa amarillo, del color de las portadas de Giallo Mondadori, una serie de novelas policíacas y de misterio, que alcanzaron una gran aceptación en la Italia postfascista.
Estas películas se caracterizan por sus elaboradas bandas sonoras, sus argumentos complejos y bizarros sostenidos en un whodunit (¿Quién lo hizo?), escenas sangrientas, ocultismo, erotismo, y un estilo visual muy teatral y dramático.
Los directores del Giallo buscaban escenas de muertes elaboradas y estilizadas, y demostraron que al jugar con las luces, colores llamativos, las sombras, y la música podían hacer que las muertes se vieran más artísticas y no “ordinarias” como lo hacían en EE.UU.
Usaban mucho la cámara subjetiva, desde el punto de vista del misterioso asesino atormentado de guantes negros, porque si hay algo que caracteriza a estas películas es el cuidado que se le da a la estética, y a la creación de una narrativa casi onírica.
El Giallo le da más importancia al impacto sensorial que al argumento en sí, por eso es más probable que recordemos estas películas por cómo nos hicieron sentir que por la historia en sí misma.
Recomendaciones: Seis mujeres para el asesino (1964); El pájaro de las plumas de cristal (1970); Suspiria (1977); Profondo Rosso (1975).

Folk Horror
El Folk Horror es difícil de definir con exactitud, pero hay una fórmula que nunca falla:
Atmósfera + aislamiento + fanatismo amenazante = corré
Estas historias siempre transcurren en alguna locación rural, generalmente de día y con mucho énfasis en el paisaje, en donde encontramos algún grupo o tribu alejados de la urbanización, que viven bajo sus propias reglas.
Hay una sensación de que los protagonistas, luego de alejarse de su ambiente cotidiano, generalmente algún centro urbano, están atrapados en este lugar o situación. Suele haber algún tipo de culto con sus propios sacrificios, mucho fervor religioso, hechos violentos o sobrenaturales y rituales, y el final nunca es feliz.
Las películas de Folk Horror representan la ansiedad y el miedo inherentemente humanos a ser dominados por la naturaleza de fuerzas externas, el terror a las viejas formas de vida y creencias, pero sobre todo a la mirada distante y fría hacia la humanidad.
En estos escenarios, los protagonistas empiezan a notar que sus principios morales tambalean y que la virtud los ha abandonado, por lo que se genera una sensación de que están viviendo en un mundo sin leyes. Acá hay un conflicto entre lo nuevo y lo viejo, entre el pasado y el presente.
Estas películas nos recuerdan que somos pequeños e insignificantes, y que estamos rodeados de algo más grande, antiguo y poderoso que nosotros.
Recomendaciones: Picnic at Hanging Rock (1975); Midsommar (2019); The Witch (2015); Village of the Damned (1995); The Wicker Man (1973).

Comedia de Terror
La comedia de terror combina la risa con el horror, y a veces parodia algunos clichés o usa elementos del terror más clásico para llevar la historia en una dirección diferente.
Además de asustarnos, también nos da algo que otras películas de terror no tienen: el permiso para reírnos de nuestros miedos y la seguridad de que los monstruos no pueden alcanzarnos.
Recomendaciones: Evil dead 2 (1987); Death Becomes her (1992); The Fearless Vampire Killers (1967); From dusk till dawn (1996).

Slasher
Cuando en 1960 se estrenó Psycho de Alfred Hitchcock, el público quedó conmocionado, y la película estaba en boca de todos. Pero no se hablaba sobre los personajes o la historia, se hablaba de la famosa escena de la ducha.
Las personas se interesaron cada vez más por ver películas con escenas de asesinatos, y muchos directores empezaron a ver un nicho.
Los Slashers son historias sencillas que se definen más que nada por su estructura.
Siempre hay un asesino en serie, de identidad desconocida, a veces es un monstruo, una persona con una máscara, un ente sobrenatural o incluso la misma muerte, que persigue y mata a sus víctimas (generalmente grupos de adolescentes) uno por uno, para castigarlos por sus actos inmorales o para vengarse de algo que ocurrió en el pasado.
Sabés que es un slasher si se cumple esta fórmula:
1. Sexo = muerte
2. Actos inmorales = muerte
3. Un personaje se separa del grupo para investigar (plus si antes de separarse dice «ahora vuelvo») y muere
4 . El asesino es la manifestación de un trauma psicológico
5. Final girl: la chica que sobrevive
Mientras que los clásicos de terror tenían un héroe que sostenía toda la historia, los slashers introdujeron el concepto de “final girl”, la chica dulce e inocente que sobrevive porque siguió las reglas.
Estas películas no necesitan argumentos complejos o desarrollar mucho a sus personajes, que suelen ser bastante arquetípicos, porque lo que importa son las muertes, y la trama funciona como una serie de puntos que se conectan para llevarnos de una muerte a la siguiente.
Los slashers ponen el acento en la fragilidad de la vida, mostrando qué es lo que pasa cuando el mal llega sin avisar. Especialmente para los que no siguen las reglas.
Recomendaciones: Halloween (1978); A Nightmare on Elm Street (1984); X (2022).

Terror Sobrenatural
Las películas que te hacen mirar dos veces a ver si hay alguien atrás tuyo.
Los temas recurrentes de estas películas son la vida después de la muerte, el más allá, fantasmas, y la posesión demoníaca. Algunas también incluyen elementos religiosos.
El rico legado que tenemos en cuanto a mitos, leyendas, supersticiones y visiones religiosas, se vuelve material fértil para imaginar historias de este tipo. Por eso no debería sorprendernos que este subgénero esté en las mismas raíces del cine de terror. La sensación de que podría haber otras realidades además de la nuestra es fundamental para la historia cultural de la humanidad.
Para algunas personas, las fuerzas invisibles en las novelas y películas de terror pueden ser incluso más aterradoras que los terrores «visibles». Y eso es lo más rico del subgénero sobrenatural. Nos brinda una descripción general del peligro, y deja que nuestra imaginación se encargue de pulir los detalles.
Recomendaciones: Carrie (1976); In the Mouth of Madness (1994); Historia de lo Oculto (2020); Prince of Darkness (1987); The Exorcist (1973).

Terror Gótico
Al terror gótico le gusta moverse entre historias sobre la moralidad, la mortalidad, la filosofía y la religión.
La frialdad, lo siniestro y lo inquietante se usan para entrelazar los deseos más profundos de los personajes.
La palabra que mejor lo define es sombrío.
Estas historias suceden en castillos aislados, mazmorras, bosques oscuros y melancólicos, y son una ventana a los miedos y supersticiones de una época pasada. La locación es tan importante, que a veces se convierte en un personaje más de la historia.
Representan los deseos y pasiones a través de metáforas, bajo una fachada de moralidad social.
Recomendaciones: The Innocents (1961); Les yeux sans visage (1960); Carnival of Souls (1962); Rebecca (1940); Drácula (1992).

Body Horror
Las películas de terror corporal exploran los límites entre la mente y el cuerpo humano, a través de mutilaciones, alteraciones grotescas y deformidades que se producen cuando los personajes sufren una pérdida de control sobre su cuerpo, ya sea por una mutación, una enfermedad, o un experimento fallido.
A diferencia del gore, que se centra en lo visceral y la violencia gráfica extrema, el body horror aborda la pérdida de la identidad y la metamorfosis del cuerpo, y va más allá al contemplar la fragilidad y la pérdida de la conciencia humana frente a lo antinatural.
La esencia del body horror está en la pregunta de qué hace que un ser humano sea verdaderamente “humano”.
Recomendaciones: The Fly (1986); An american werewolf in London (1981); Crimes of the Future (2022).

Terror Psicológico
A veces no se trata de lo que ves, sino de lo que crees que estás viendo.
El terror psicológico altera intencionalmente lo que hay dentro de nosotros, haciéndonos sentir incómodos y fuera de la norma.
Estas historias ponen el foco en la naturaleza humana, y abordan problemas sociales, por lo que en general tienen más para decir de lo que creeríamos.
Los personajes de estas historias pueden ser inestables, poco fiables o perturbados.
La mayoría de estas películas se basan en temores o preocupaciones existenciales y a menudo existe la amenaza de la locura y la exploración de la mente.
Las historias de terror psicológico logran asustarnos o inquietarnos porque se nutren de la imaginación y la anticipación de una amenaza, en lugar de crear situaciones aterradoras, dejan que el miedo se vaya construyendo gradualmente.
Recomendaciones: Jacob’s Ladder (1990); Rosemary’s Baby (1968); We Need to Talk About Kevin (2011); Blue Velvet (1986); Pearl (2022); The Shining (1980).

Terror Ciencia Ficción
El terror de ciencia ficción reconoce el lado oscuro de la ciencia, y se enfrenta a la ansiedad y los peligros que acechan más allá de los límites de la galaxia conocida, y la soberbia humana en la búsqueda de una mayor innovación y conocimiento.
A lo largo de los años, las películas de terror de ciencia ficción fueron adaptando temas e ideas entre diferentes géneros, para diversificar y enriquecer sus historias y mensajes.
Las dos corrientes tuvieron una fuerte influencia entre sí, compartiendo puntos en común, como el miedo hacia lo desconocido y su énfasis en el comentario social. Esta es la razón por la que las películas de terror de ciencia ficción son tan populares.
Mientras que la ciencia ficción es principalmente cerebral, el horror evoca una reacción emocional visceral en la audiencia. Sin embargo, estas dos fuerzas opuestas son las que hacen que esta combinación sea tan única, ya que el género plantea que los humanos enloquecerían al intentar comprender una amenaza existencial.
Recomendaciones: Night of the Living Dead (1968); The Thing (1982); The Brood (1983); Videodrome (1983).
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