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La segunda película de Sofia Coppola es la más personal y, según sus propias palabras, la que hizo que la tomaran en serio después de haber ganado el Oscar a mejor guión original.
La historia sigue a Bob (Bill Murray) y Charlotte (Scarlett Johansson), dos huéspedes del hotel Park Hyatt en Tokio.
Bob es un actor de mediana edad, descontento con su vida, que viaja a Tokio para promocionar una marca de Whiskey, mientras que su familia está lejos en Estados Unidos. Charlotte, por su parte, es una reciente graduada de Filosofía que está acompañando a su novio fotógrafo en un viaje de trabajo.




La Belleza del Cine de Autor
Lost in Translation es una frase que se usa para describir lo que sucede cuando, al traducir de un idioma a otro, parte del significado original se pierde o se vuelve insignificante.
Algo similar ocurre con los personajes de Charlotte y Bob.
Lo que comienza como una amistad entre dos personas que se reconocen en un entorno extraño, de a poco empieza a dar indicios de convertirse en algo más.
«Pensé que había escrito una historia muy indulgente. Quiero decir ¿a quién le importa la historia de una chica rica tratando de encontrarse a sí misma?»
Sofia Coppola
Pero esa es la magia del cine, y ahí se refleja la habilidad de Sofia Coppola para contar historias. El público logró conectar con la atmósfera de ensueño y con las situaciones tragicómicas que viven dos personas que se cruzan por un instante en el tiempo.
Tanto Bob como Charlotte están pasando por una crisis de identidad, desde un lugar en el que se desconocen a ellos mismos, mientras recorren la ciudad de noche, y miran La Dolce Vita en la Tv. Una suerte de midlife crisis vs begining of life crisis.


Francis Ford Coppola decía que lo más importante era hacer películas personales. Una idea que quedó grabada en Sofia, quien siempre tuvo presente la belleza del cine de autor, y lo valioso de tener un punto de vista distintivo. Esa es, en definitiva, la manera de convertirse en un verdadero artista. Gracias, Francis.
«¿Cuál es el punto de hacer una película a no ser que sea algo que sólo vos podés hacer?»
Sofia Coppola
Referencias y Estilo Visual
La película comienza con un plano inspirado en la pintura Jutta (1973) de John Kacere, un artista conocido por retratar mujeres en lencería.
Me encanta cómo la ropa interior traslúcida y la postura de Charlotte funcionan como una metáfora de la transición que atraviesa el personaje: su búsqueda de identidad y el conflicto que siente al enfrentarse a la adultez.


Sofia quería que la atmósfera de la película evocara la sensación de insomnio o un jet-lag mal llevado. Por regla general, en sus películas, nadie disfruta de una buena noche de sueño.
La paleta de colores pastel, los planos largos y estáticos, el ritmo pausado, y las caricias de dream pop en la banda sonora se combinaron a la perfección para crear el ambiente que buscaba.




Edward Hopper / Lost in Translation, Sofia Coppola
Universo Suspendido
El hotel funciona como un pequeño universo de quietud, donde la incertidumbre de lo que vendrá al momento de regresar a casa queda suspendida sobre el ruido de la ciudad.
Es una película que no hubiera funcionado de la misma manera si los personajes hubieran estado en un país más familiar para ellos. El hecho de ser dos extraños aislados de su entorno habitual, no sólo por el idioma sino también por las barreras ideológicas, hace que uno se convierta en el punto de referencia del otro, creando un mundo que se nutre a partir de su soledad compartida.
En este sentido tiene algo parecido a Brief Encounter (1945, David Lean). Otra historia en la que dos personajes se conocen, comparten un momento significativo, y luego vuelven a sus vidas, pero sin ser los mismos.


Brief Encounter, David Lean / Lost in Translation, Sofia Coppola
En la escena final, Bob le susurra algo a Charlotte, pero el público no puede oírlo. Ni siquiera Sofia sabe cuáles fueron esas últimas palabras, ya que todo fue improvisado por Bill Murray, quien dijo que ese secreto quedaría guardado entre ellos.
Me gusta cómo Sofía juega con esa ambigüedad entre los personajes y con la idea de que es posible tener una conexión auténtica con alguien, que puede llegar a ser romántica, pero sin ser necesariamente física y sexual.
Una película hecha de pausas y contemplación, sutilezas, y el silencio de las cosas no dichas.
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