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En un mundo con tan pocas certezas, hay una de la que estoy completamente convencida: dentro de cada persona vive, de alguna forma, un artista.
A veces se asoma durante los primeros años de vida; otras, le toma un poco más de tiempo levantar la mano y ser visto. En los peores casos, se asusta, se esconde y se enferma.
¿Cómo se cuida al artista que llevamos dentro? Igual que a cualquier vínculo: aceptándolo, nutriéndolo, e invitándolo a tomar un helado.
El arte, en su capacidad para sanar y conectar, es lo que inspira historias como la de Sing Sing, una película de 2023 dirigida por Greg Kwedar que busca responder a una pregunta tan básica y olvidada: ¿por qué el arte importa?
• Nombre Original: Sing Sing
• Género: Drama
• País: Estados Unidos
• Dirección: Greg Kwedar
• Duración: 107 minutos
• Calificación: Apta para mayores de 13 años
• Estreno en Argentina: 27 de marzo de 2025
• Distribuidora: Diamond Films

Reseña y Análisis de Las Vidas de Sing Sing
Esta es la historia de un grupo de presos del Centro Correccional Sing Sing que forman su propia compañía de teatro dentro de la prisión, como parte del programa de la RTA (Rehabilitation Through the Arts).
La RTA es una ONG fundada por Katherine Vockins en 1996 en Sing Sing, con el objetivo de ayudar a las personas encarceladas a desarrollar habilidades críticas para la vida a través del arte, con un enfoque basado en la dignidad humana en lugar del castigo.

El protagonista de Sing Sing, Divine G (Colman Domingo), es encarcelado por un crimen que no cometió. Mientras cumple su condena, descubre un propósito a través del teatro, y bajo la guía del director teatral Brent Buell, se convierte en el dramaturgo y actor estrella entre sus compañeros.
Su búsqueda y su exploración artística son el combustible que llevan a Divine G
a querer demostrar su inocencia y recuperar su libertad.
Con diálogos y situaciones que se mueven entre el drama y la comedia, se revelan las particularidades de cada personaje, sus anhelos, su pasado y el deseo que los empuja a crear.
Hay un compromiso, y un amor, que los reúne y les hace compartir sus miedos, sus vulnerabilidades, y qué es para ellos un momento de dicha plena.
Este sentimiento de hermandad los lleva a deconstruir los estereotipos de masculinidad, buscando la ternura en un lugar que está hecho para ser peligroso.
El arte te hará libre
Sing Sing es una película que respeta tanto a la historia como a su audiencia, y que no cae en lugares comunes de violencia en la cárcel, ni necesita de golpes bajos para conmover.
La mayoría de los actores son ex-convictos que formaban parte de la RTA, por lo que no debería sorprendernos que el director haya elegido mostrar el nacimiento de una comunidad, guiada por el deseo de expresarse y hacer arte.

Un dato nada menor es que la película fue filmada en fílmico de 16 mm, algo poco usual en las producciones contemporáneas, y que en mi opinión siempre merece ser celebrado. Hay magia en el acto de revelar una foto, y en los rollos de film, que lo digital nunca va a poder superar.
Esta decisión, junto con la de no usar iluminación artificial y optar únicamente por la luz natural, contribuyó a crear una atmósfera más cálida.
La creatividad al servicio del juego
El mayor logro de Sing Sing está en la delicadeza con la que muestra a un grupo de hombres adultos, que se toman la tarea de montar una obra, con la seriedad y el compromiso de unos niños que juegan a ser gladiadores en el coliseo romano.

En este sentido, Sing Sing tiene algunos puntos en común con Paris is Burning (Jennie Livingston, 1990), un documental vibrante sobre la escena queer y los salones de baile drag afroamericanos y latinos de Harlem, un barrio marginado de Nueva York en los años 80.
¿De dónde viene el “Vogue”? Y ¿qué significa exactamente “shade”?
Lejos de la violencia de las calles, en un mundo marcado por la homofobia, transfobia, y racismo, estas minorías encontraban allí un sentido de pertenencia y una celebración de su propia identidad.
A lo largo de siete años, Jennie Livingston retrató la rivalidad entre las diferentes “casas”, sin olvidar la celebración y la alegría del movimiento, y el sentido de comunidad.
Paris is Burning es una invitación a la intimidad de estos salones, donde aquellos que huían de sus hogares, o que eran rechazados por su familia encontraban un refugio de lentejuelas. Allí lo único que importaba era la ternura, y por un momento las fantasías se volvían realidad.

Confiar en el Proceso
Todos somos en mayor o menor medida, creativos. El mundo y el universo están hechos de creatividad, y esta puede tomar muchas formas. Desde un café perfectamente preparado hasta una historia que un padre improvisa para que su hijo se quede dormido.
Hay una llamada interna, sobre todo en los momentos de mayor oscuridad, a reconocer la propia creatividad, y ver que el arte está allá donde elegimos poner nuestra atención. Depende de cada persona responder o no a ese llamado.
En Sing Sing, la exploración artística libera a los personajes de sus encierros mentales, y los lleva a extender una mano con la esperanza de que alguien del otro lado la tome.
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